Coicidiendo con la keynote de Jobs en la pasada WWDC, Apple cambió el contrato que deben aceptar los desarrolladores de aplicaciones para sus dispositivos móviles.
En concreto, el texto más jugoso del contrato reza así:
A no ser que sea explícitamente aprobado por Apple por escrito, no se aceptará la utilización de ninguna porción de código excepto aquel que sea interpretado y ejecutado de acuerdo a la documentación de la API de Apple y su intérprete. De todos modos, con el consentimiento de Apple, una aplicación puede contar con código interpretado embebido de manera limitada en tanto su utilización sea exclusivamente con el propósito de añadir funcionalidades menores y que sean consistentes con los propósitos de la aplicación en cuestión.
En cristiano llano quiere decir que a partir de ahora los desarrolladores podrán usar lenguajes de programación no permitidos por Apple (eso sí, con consentimiento de los californianos). Sin duda una buena noticia esta pequeña cesión de los de la manzana…