Según un estudio de la Universidad de Stanford, en caso de colocar una cepa de virus en una superficie como la de un móvil táctil, alrededor de un 30% de esas bacterias irán a parar a las puntas de tus dedos. A partir de ahí, esos dedos acaban transmitiendo la suciedad a los ojos, boca o (aún más probablemente) nariz, las rutas más habituales de infección.
O, dicho en otras palabras según Timothy Julian, el estudiante de Stanford que ha co-realizado esta tesis doctoral: «si compartes tu terminal táctil, compartes también tu gripe»
Así que a partir de ahora, cuando le pidamos al amigo de la pandilla que nos deje su iPhone para jugar un ratito al Crash Kart, primero habrá que fijarse que no lleve encima un cargamento de kleenex y una buena cantidad de moquillo cayéndole de la nariz.