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El cine y los videojuegos no se mezclan

Al menos hasta el día de hoy, todas las adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande resultaron en rotundos fracasos ya sea en la taquilla o en la crítica, y generalmente en ambos. Los medios hablaron del tema muchas veces, en general con notas del tipo: «Las 10 peores adaptaciones de videojuegos». Lo hicieron la revista Time, el sitio de la cadena NBC, blogs de cine y, por supuesto, de videojuegos. Sin embargo la mayoría analiza las consecuencias y no las causas. Esto último es exactamente lo que nos proponemos hacer.

¿Quién pudo pensar que una película sobre dos plomeros italianos rescatando a una princesa de un dinosaurio evulocionado era una buena idea?

Hay que admitir que hay varios problemas para adaptar un videojuego. Varios juegos carecen de una buena trama, otros ni siquiera tienen. Super Mario Bros. es un ejemplo, pero hay muchos otros, desde juegos de pelea como Mortal Kombat o Street Fighter, a FPS como Doom o Postal. Pero esta excusa se cae fácil, la falta de una historia en el original les da la libertad a los guionistas para desarrollar su versión sin problemas.

Las dificultades existen, porque las diferencias entre medios son enormes. Pero también lo son para las películas que se adaptan de historietas o de libros. Algunas salen bien, otras muy mal. Pero a nadie se le ocurriría culpar al medio original por el éxito o fracaso de una adaptación. El dedo acusador hay que apuntarlo en otra dirección.

El director alemán Uwe Boll no se cansa de hacer malas adaptaciones, pero no es el único culpable.

La responsabilidad recae entonces sobre los creadores de las películas. Desde los productores que ofrecen presupuestos miserables y contratan personal de poca monta. Hasta los directores, guionistas y actores que no se toman en serio su trabajo (a veces con razón), lo que lleva a un círculo vicioso con un triste y conocido final.

Este comportamiento por parte de la industria del cine se basa en dos preconceptos muy arraigados dentro de la gente en general y estos son:

Los videojuegos son para niños.
Los niños compran cualquier cosa así sea basura.
Puede parecer exagerado pero es difícil discutir con los resultados. A diferencia de estudios como Pixar, muchos otros parecen creen que no es necesario hacer buenas películas para tener buenas taquillas. Todo lo que necesitan es un «nombre», sea Super Mario Bros. o Hitman, que lleve gente a las salas por si mismo. Las desarrolladoras deberían también hacer un mea culpa por venderle los derechos a cualquiera sin preocuparse por la calidad del resultado.

Esos dos preceptos por supuesto son falsos y así lo demuestran las encuestas que dicen que la edad promedio de los gamers es de 30 años por un lado y el hecho de que las películas malas sean un fracaso, los chicos no comen vidrio. Habrá que esperar que los estudios sean concientes de esto y hay atisbos de que el momento puede estar cerca.

Cuando una película no hace funciones de presentación para los críticos es porque el resultado esta cantado.

Con el estreno, en menos de un mes, de «Prince of Persia: Sands of Time», la remake del exitoso videojuego homónimo se espera que por primera vez una adaptación logre un estandar de calidad aceptable. A su favor juega el hecho de estar distribuida por Disney y producida por Jerry Bruckheimer. Además contará con un presupuesto bastante abultado (se estima que unos 150 millones). El tiempo dirá si el Príncipe de Persia ignagura, como lo hizo X-men para las películas de historietas, una nueva era en las adaptaciones de fichines..

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