¿Son tan inofensivas y tan seguras las redes sociales cómo creen la mayoría de sus adeptos?
Vivimos en una nueva era denominada informática existencialista, donde las distancias se reducen por la rapidez con que viaja la información. Esto es, gracias a las nuevas tecnologías de la información que han modernizado la manera como se relacionan las personas, así como han introducido peligros más sofisticados.
Las relaciones sociales se virtualizan cada vez más por medio de las denominadas redes sociales, que son estructuras sociales compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que comparten conocimientos.
Sin embargo no todo es lo que parece, ya que el usuario está expuesto a riesgos tales como chantajes, extorsiones, amenazas o acosos, debido a que la gente se crea una cuenta y automáticamente vuelca en la red todos sus datos personales, sin leer las condiciones de uso y la política de privacidad. Y lo más grave, es que al darnos de alta en alguna red social, nadie nos garantiza que nuestros datos estén seguros en sus sistemas ni nadie nos garantiza que podremos eliminarlos completamente llegado el caso.
n las redes sociales se generan un sin fin de datos de relacionamiento personal con los demás, gustos personales, estados de ánimo, determinación socio-política, costumbres, etc.
En este mundo mercantilista, ganar dinero es el motor que mueve a la mayoría de las personas, por lo que nuestra información podría ser vendida en el mejor de los casos y, en el peor de los casos, utilizada por delincuentes para chantajear o como punto de referencia para secuestradores.
Por lo tanto, es evidente que quienes más se benefician son los dueños de las redes sociales, ya que gracias a estas logran conocer todo tipo de información acerca de sus usuarios y aprender sus movimientos haciendo un análisis de su entorno social para luego vender esas bases de datos a terceros.
Debe apoyarse y alentarse el uso responsable, procurando al usuario la información y el conocimiento efectivo de los riesgos que de las redes sociales se derivan antes de que éstos tengan lugar y sus consecuencias sean inevitables.