Primero los netbooks, luego el ipad y sus semejantes, ahora SIGUEN las tabletas, un posible sustituto del ordenador portátil.
Mientras que para algunos usuarios resultará idóneo, para otros puede suponer severas limitaciones. Las tabletas no leen discos ópticos, CD ni DVD y hay que estar suscrito a los servicios en descarga para disfrutar del ocio digital.
Sin embargo, para quienes tengan pericia con los dedos sobre el teclado puede suponer un alivio cuando deban llevarse el ordenador de un lado a otro, ya que su ligereza las hace cómodas y ergonómicas. A continuación, se relatan los pros y contras de cada opción.
A favor de las tabletas
Su peso y sus dimensiones. Caben en casi cualquier sitio, incluso algunas en un bolsillo amplio, por lo que son muy compatibles con la tendencia general de disponer de la tecnología y estar conectados en movilidad. Los fabricantes no dejan de trabajar para que sean más delgadas y ligeras, aunque tienen el límite de las pantallas LCD. Es muy posible que las tabletas del futuro tengan una tecnología de pantalla diferente.
La llegada de LTE. La tecnología LTE, o 4G, supone la conexión a la red de datos móvil con un ancho de banda superior al que hoy se tiene vía router. En estas condiciones, el acceso permanente requiere de un aparato que se pueda usar incluso mientras se anda por la calle, pero con una pantalla mayor que la del teléfono móvil.
La experiencia de uso de las pantallas táctiles. El ratón fue un gran invento, pero no deja de ser un intermediario entre la mano y el dispositivo. Las pantallas táctiles son una interacción mucho más completa y esto se refleja en la satisfacción del usuario, que realiza las funciones con mayor rapidez.
Los procesadores de doble núcleo. Los fabricantes de procesadores ya han comenzado a lanzar los primeros modelos con esta tecnología, que aumenta la potencia y reduce el calor generado. En el futuro, pueden llegar a igualar la potencia de los ordenadores, aunque todavía están en fase incipiente.
El mercado de las aplicaciones para dispositivos móviles. A pesar de que dan poco margen de beneficio, los desarrolladores siguen centrados en diseñar programas para estos aparatos, lo que favorece que haya numerosas alternativas y mejoras en todos los campos: nuevos navegadores, programas de edición gráfica y de textos, videojuegos, etc. Se espera que en un futuro próximo se equiparen en alternativas y ofertas a los ordenadores.
A favor de los portátiles
El teclado físico. Siempre será una ventaja contar con un teclado físico, aunque los táctiles han mejorado mucho su precisión y los usuarios con pericia pueden teclear largos textos sin apenas notar diferencias.
La solidez. Las tabletas son todo pantalla, por lo que una caída puede suponer una tragedia. Los ordenadores, por el contrario, resisten bastante mejor, aunque no hay que tentar a la suerte.
Procesadores más potentes. Todavía quedan un par de años, en el mejor de los casos, para que los procesadores de los ordenadores portátiles se vean igualados por los de las tabletas. Mientras los primeros aumentan cada mes su capacidad, los segundos apenas dejan de ser versiones iniciales.
Sistemas operativos maduros. Windows, Mac Os y las versiones de Linux para ordenadores tienen un largo historial detrás de mejoras, que los hacen mucho más sólidos como sistemas que sus homólogos para tableta, donde todavía hay poca definición y problemas con las actualizaciones
Programas consolidados. Los navegadores para tabletas todavía tienen numerosas limitaciones y problemas de usabilidad, mientras que los de ordenadores acumulan una larga trayectoria y están muy adaptados a las necesidades de los usuarios. Lo mismo sucede en otros campos, como los editores de texto o de imágenes, que todavía son mejores en los ordenadores.
Mayor conectividad. Debido a la búsqueda de la ligereza y la delgadez, las tabletas con más puertos, a lo sumo, tienen dos o tres, la mayoría USB y HDMI para transmisión de señal multimedia. Los ordenadores pueden tener tres puertos USB, un Ethernet y otro multimedia, además de ranuras para tarjetas que amplíen su memoria. También hay algunas tabletas, como la Toshiba Folio 100, que aceptan tarjetas SD.
Aceptan discos ópticos. Una buena parte del ocio digital se consume mediante discos CD y DVD. Las tabletas no los leen, lo que obliga a suscribirse a servicios en descarga de música y vídeos, que todavía no están maduros o no ofrecen una experiencia óptima. Además, someten al usuario a las condiciones de uso de la empresa. Con los ordenadores, el usuario tiene más alternativas.