El mercado de los smartphones está en uno de los momentos más interesantes de su historia: no hace mucho tener Internet en el móvil era una utopía -usarlo como reproductor MP3 también lo fue durante años-, y ahora las propuestas de los fabricantes aprovechan todo el potencial de Internet en estas pequeñas -y ya no tan pequeñas- pantallas de los móviles.
La competencia en este mercado es especialmente feroz, sobre todo tras la aparición del iPhone y su iOS (antes iPhone OS) y, claro está, de Android, la plataforma móvil de Google que es la única que por el momento parece plantar cara al fantástico desarrollo de Apple, un ejemplo de usabilidad y elegancia… que también tiene sus desventajas, por supuesto.
Sin embargo, en ese grupito de elegidos en el que los medios se centra -iPhone/iOs, Android, BlackBerry, Windows Mobile, e incluso webOS- siempre queda en el tintero un nombre que curiosamente no ha hecho gran cosa en el terreno de las plataformas móviles de próxima generación… hasta ahora.
¿El nombre de ese gigante? Symbian, claro.
El sistema operativo de Nokia ha tenido una larga y exitosa carrera durante los últimos años. Recordemos -bendita Wikipedia- que Symbian Software Limited fue comprada por Nokia en 2008, y a partir de ahí se creó la llamada Symbian Foundation para apoyar el desarrollo de esta plataforma como un producto Open Source, sobre todo desde que se liberó el código de la llamada Symbian Platform en febrero de 2010.
Lo curioso del caso es que a pesar del aparente éxito del resto de plataformas móviles, casi 1 de cada 2 terminales (bueno, smartphones, según Gartner) existentes hoy en día están gobernados por Symbian. Los datos de esa consultora probablemente cambien bastante para un 2010 en el que Android ha pegado muy fuerte, pero aún así lo que parece claro es que Symbian seguirá dominando el mercado durante una buena temporada.
A pesar de todo ello, Symbian no puede competir con el resto de plataformas, y sobre todo con las propuestas por Apple y Google. Paul Beusterien, que ostenta el cargo de Head of Developer Tools para la Symbian Foundation, precisamente comentaba recientemente (vía Slashdot) porqué a Symbian se la ignora como plataforma a pesar de la dantesca cantidad de terminales en los que está instalado:
Another dimension is the type of developer community. [Historically, Symbian’s type of developers] were working for consulting houses or working at phone operator places or specifically doing consulting jobs for enterprise customers who wanted mobile apps. So there’ s a set of consulting companies around the world that have specialized in creating apps for Symbian devices. It’ s a different kind of dynamic than where iPhone has really been successful at attracting just the hobbyist, or the one- or two-person company, or the person who just wants to go onto the web and start developing.
El secreto está en la masa en los desarrolladores. Así es, ni más ni menos. Apple ha atraído a los desarrolladores con su fantástica App Store que les permite ganar dinero de una forma sencilla (a algunos les ha hecho ricos), mientras que Android propone el mismo modelo con su Android Market. Todas han acabado copiando el modelo, y Nokia puso en marcha su propia tienda, Ovi, pero su éxito ha sido muy reducido en comparación con el de las de Apple y Google.
Y ese reducido éxito es que el que hará que probablemente este gigante dormido no despierte nunca. Symbian no ha podido adaptarse a los tiempos, y su desaparición en smartphones -cuidado, no en teléfonos ‘ de batalla’ – es prácticamente segura. Y la razón también tiene nombre.