Como por ejemplo, este nuevo estudio realizado por científicos canadienses y que comprobó que juegos del tipo first person shooter como Medal of Honor (se menciona a éste porque fue el que usaron) pueden llegar a ser beneficiosos en personas con problemas a la vista, específicamente cataratas. La investigación puso a seis personas a jugar Medal of Honor por 40 horas a lo largo de todo un mes, con sesiones de máximo dos horas diarias “para evitar adicción” (difícil pensar en una adicción a dicho juego dado su resultado fina, pero eso es harina de otro costal), y los resultados fueron muy positivos en 5 de los 6 pacientes.
De hecho, los jugadores-pacientes que presentaron mejoría fueron capaces de reconocer caras con mayor facilidad, o la dirección de movimiento de algunos puntos. Daphne Maurer, la investigadora a cargo del proyecto, comentó que “el sistema nervioso visual es tan flexible que permite crear o descubrir nuevas conexiones, incluso en la adultez, y sospechamos que eso se puede aplicar a cualquier tipo de problema visual”. Ahora, el siguiente paso para Maurer y su equipo es combinar las partes más aprovechables de Medal of Honor con otro tipo de elementos, y así tener entre manos una herramienta óptima (¿un videojuego-medicamento tal vez?) para tratar cataratas y otros problemas visuales.
Por cierto, los videojuegos violentos también sirven para rebajar el nivel de estrés. O sea, perfectamente podrían tratarse dos problemas médicos con un mismo videojuego, considerando que Medal of Honor y similares se tratan básicamente de meterle plomo a todo lo que se mueve.