Puede tomar hasta 12 imágenes por segundo con la máxima calidad, y con el sujeto perfectamente enfocado, aunque en este caso el usuario pierde la capacidad de elegir la abertura y la velocidad. El visor está construido en torno a una pantalla OLED en color, que permite componer las imágenes con suma facilidad incluso a plena luz del mediodía. Tiene 2.4 millones de píxeles.
Dispone de diversos modos automáticos inteligentes, y de modos específicos para hacer fotografías panorámicas, y otro para contraluces, o ambientes poco iluminados, que toma varias fotos y las mezcla para ofrecer mejor exposición imágenes más claras. Como es habitual en las cámaras actuales, además graba vídeo, y lo hace en alta resolución 1080p a 50 cuadros por segundo.
Estamos hablando de un sensor de imagen Exmor APS HD capaz de hacer fotografías con una resolución máxima de 23.4 MP. Otras cámaras mucho más caras y profesionales se quedan en 10 disparos por segundo. La construcción de la cámara es muy buena, con materiales de calidad como la aleación de magnesio, y un diseño muy resistente incluso en la pantalla giratoria.
Trabaja con sensibilidades de entre ISO 100 e ISO 16.000, aunque las mejores fotos se obtienen en el rango de los 100 a los 1.600. A partir de ahí, aparece algo de ruido en la imagen y se pierde alguna precisión del color, aunque esto es algo que ocurre también en otras muchas cámaras del mercado.
Tanto en manual como en automático, ofrece resultados técnicamente profesionales. El uso se beneficia de la presencia de botones en la trasera que permiten acceder a las funciones más habituales. Tiene la carcasa sellada. No aconsejamos tirarla al agua, pero no pasa nada porque le llueva un poco encima, y puede trabajar en ambientes con polvo sin demasiados problemas. Graba en tarjetas de memoria SD, y dispone de conectividad muy completa, incluyendo una salida HDMI.